El proyecto se desarrolla en una finca de data del 1880 en el Madrid de los Austrias.

Haciendo esquina, dando tres balconeras a la calle principal y dos ventanales a la secundaria, el proyecto se organiza en un gran espacio central en torno a una mesa circular que se ancla al suelo, articulando los espacios de día y la propia vida de la casa. Todo gira en torno a ella: Comidas, trabajo, estudios, charlas y eventos de todo tipo.

A nivel estético, la propuesta aporta frescura y modernidad sin olvidar la localización, poniendo en valor la preexistencia recuperando elementos originales que se subrayan con gestos geométricos en tonos neutros.

El proyecto se complementa con un cuidado interiorismo en el que no hay cabida para los elementos industrializados, siendo diseñados ex proceso todos los artefactos que lo componen , integrándose en un discurso común. Lámparas, espejos ,estanterías, taburetes han ido involucrándose en el proyecto conforme el desarrollo de la vida así lo demandaba.